lunes, 9 de febrero de 2009

¿Cómo me gustaría que fuese la escuela del 2018?

Aprovecho este espacio para contar mi opinión a este respecto:

Parece que el 2018 está muy lejos, y que todavía nos queda mucho camino por recorrer para llegar hasta allí. Pues la realidad es que antes de que nos demos cuenta, ¡Ya hemos llegado!
y, ¿cómo me gustaría que fueran los colegios y los institutos de entonces?:
- Respecto a los alumnos; me gustaría que estuvieran muy motivados por aprender. Que estuvieran contentos por levantarse cada mañana sabiendo que esa noche se iban a acostar sabiendo muchas más cosas. Además me gustaría que los alumnos vivieran en la cultura del esfuerzo. Que ellos tuvieran interiorizado el hecho de saber que "Esforzarse, merece la pena".
- Respecto a los centros; me gustaría que estuvieran bien dotados. Que las infraestructuras fueran las adecuadas, que los alumnos y profesores dispusiéramos de ordenadores suficientes, que las bibliotecas tuvieran montones de libros bien gestionados y clasificados. Además me gustaría que los centros fueran lugares en los que, tanto alumnos como docentes, o personal no docente, nos involucráramos más, para mejorarlos, y hacerlos más nuestros.
- Respecto a las administraciones; me gustaría que los políticos que las ocupan dejaran de utilizar la educación como un arma arrojadiza. Me gustaría que en 2018 hubiera una ley de educación buena, o mejor dicho, óptima. Consensuada por todos, trabajada por todos, pensada para el beneficio máximo de los alumnos y de toda la comunidad educativa. Una ley estable, pactada y que no se modifique en mucho tiempo, para que desde todos los ámbitos se ponga en marcha y desde la cual se promueva los valores más innatos al ser humano: la igualdad, la justicia, la verdad, etc. Una ley en la que el esfuerzo sea premiado, y en la que se establezcan mecanismos para que el trabajo de los alumnos sea recompensado.
Además, me gustaría que las administraciones tuvieran recursos suficientes, y que los utilizaran adecuadamente, en poner en marcha tantos y tantos proyectos, que tantas veces rellenan titulares, por que son bonitos, pero que en la realidad, no son más que demagogia.
- Respecto a los docentes; me gustaría que el ejercicio de nuestra profesión fuera un aliciente de cada día. Me gustaría salir del ranking de profesiones en las que hay mayor índice de depresión. Me gustaría que tuviésemos mecanismos para formarnos constantemente y poder aplicarlo en nuestro ejercicio docente, porque tuviéramos medios suficientes. Me gustaría que "los profes" fuéramos capaces de enseñar muchos conocimientos, pero también, fuéramos capaces de formar personas felices, que se sientan seguras de sí mismas, y dispuestas a trabajar por un mundo más justo y mejor.
- Respecto a las familias; me gustaría que entendieran que la escuela no es un "aparcaniños"; que la familia es la primera y mejor escuela de cualquier ser humano, y que los docentes somos un complemento. Que supieran que, entre todos, si colaboramos, los resultados son mucho mejores.
En definitiva, creo que pido una utopía. Mientras tanto, y hasta que llegue, seguiré aportando mi granito de arena y luchando para que eso se haga realidad.

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